"Fue hoy, lunes. Dos de la tarde. El soretario de Hacienda y Producción (¿Producción de qué, de mentiras?) baja de su portentoso auto. Con ropa deportiva, desciende hasta su destino. Musculosa violeta, gorrita dada vuelta, pose de gentelman. Y a continuación, se arrodilla...
Oscar Vignatti -que de él se trata- adopta la misma posición que usaba el chileno Marcelo Salas para festejar un gol. Se pone frente a la Virgen que hay en la esquina de avenida Uruguay y avenida Perón y permanece durante algunos minutos, como quien es cristiano y creyente.
La imagen, a algunos, les dio pena. A otros los emocionó. A otros les dio risa. A nosotros nos dio asco.
¿Qué haría Vignatti con su mano posada sobre esa pobre Virgen? ¿Le pediría perdón por la cantidad de mentiras que pronuncia? ¿Le pediría que lo disculpe por el tarifazo ilegal? ¿Le pediría que borre de su conciencia la promesa proselitista de llevar las tasas a 0 peso? ¿Le pediría que por arte de un milagro desaparezca de la faz de la tierra la chanchada que se mandó con los recorridos inflados durante la gestión pasada? ¿Le pediría que de algún modo el Reino de los Cielos lo ayude a rendir los 500 mil pesos en cheques que le está exigiendo Osorio hijo? ¿Le pediría que no lo castigue por las que se mandó en el juicio oral por el campo que se apropió Tierno, cuando trató de defenderlo usando argumentos impresentables? ¿Le pediría que, ya que él no lo piensa hacer, Diosito baje y ponga en marcha un molino harinero, para que todos los santarroseños cobren 5.000 pesos? ¿Le pediría que lo disculpe por las cosas que le ha hecho y le hace a su propia madre?
No se sabe qué pidió. Tampoco se conocía que esa fuera la Virgen de la Contabilidad. Por el modo en que salió corriendo a lo largo de la avenida Perón, es probable que la Virgen haya retado muy fiero al tan cristiano, católico y apostólico Vignatti.
Y desde ya, no faltó algún mal pensado que dijera que en realidad Vignatti no estaba pidiendo nada, sino que apoyó su mano sobre la Virgen para ver si tenía la suerte de quedarse con algunas de las ofrendas que otros creyentes suelen dejarle..."
Oscar Vignatti -que de él se trata- adopta la misma posición que usaba el chileno Marcelo Salas para festejar un gol. Se pone frente a la Virgen que hay en la esquina de avenida Uruguay y avenida Perón y permanece durante algunos minutos, como quien es cristiano y creyente.
La imagen, a algunos, les dio pena. A otros los emocionó. A otros les dio risa. A nosotros nos dio asco.
¿Qué haría Vignatti con su mano posada sobre esa pobre Virgen? ¿Le pediría perdón por la cantidad de mentiras que pronuncia? ¿Le pediría que lo disculpe por el tarifazo ilegal? ¿Le pediría que borre de su conciencia la promesa proselitista de llevar las tasas a 0 peso? ¿Le pediría que por arte de un milagro desaparezca de la faz de la tierra la chanchada que se mandó con los recorridos inflados durante la gestión pasada? ¿Le pediría que de algún modo el Reino de los Cielos lo ayude a rendir los 500 mil pesos en cheques que le está exigiendo Osorio hijo? ¿Le pediría que no lo castigue por las que se mandó en el juicio oral por el campo que se apropió Tierno, cuando trató de defenderlo usando argumentos impresentables? ¿Le pediría que, ya que él no lo piensa hacer, Diosito baje y ponga en marcha un molino harinero, para que todos los santarroseños cobren 5.000 pesos? ¿Le pediría que lo disculpe por las cosas que le ha hecho y le hace a su propia madre?
No se sabe qué pidió. Tampoco se conocía que esa fuera la Virgen de la Contabilidad. Por el modo en que salió corriendo a lo largo de la avenida Perón, es probable que la Virgen haya retado muy fiero al tan cristiano, católico y apostólico Vignatti.
Y desde ya, no faltó algún mal pensado que dijera que en realidad Vignatti no estaba pidiendo nada, sino que apoyó su mano sobre la Virgen para ver si tenía la suerte de quedarse con algunas de las ofrendas que otros creyentes suelen dejarle..."
Publicado por: elsoreteestierno.blogspot.com
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